Confianza

Pocas cosas son tan frágiles en esta vida. Por lo general nos desenvolvemos en ella confiados, esperanzados de que, en principio, nadie tiene intención de hacernos daño, de que nuestras ilusiones y secretos están bien guardados por ese amigo en el que hemos depositado tanta fe. Pero para hacer añicos esa confianza no hace falta intencionalidad alguna, a veces, nos equivocamos, se nos resbala entre las manos y plas!. Hace años que asumimos los errores y nos pedimos perdón, pero ninguna de las partes hemos vuelto a recuperar la confianza, por que ¿Qué fe ciega podemos tener en alguien, que aún sin querer, ya nos falló? Efectivamente, se perdona, pero no se olvida, ya te queda una tara en el ánima y cada vez que conoces a alguien nuevo tiendes a confiar un poquito menos que la última vez. Los más desafortunados llegan a la vejez recelosos, mirando de reojo a sus espaldas, incapaces de esbozar una sonrisa de bienvenida hasta que no han puesto a prueba tu confianza

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