La Bambina Impertinente

La Bambina Impertinente

viernes, 6 de noviembre de 2009

La quietud no es sinónimo de que nada ocurra

Creo que estoy cediendo, estoy empezando a encontrar mi hueco en el sofá ya hecho y me estoy acomodando a él. Ojalá sea sólo una racha, porque aunque estar continuamente enfadada con el mundo es agotador, frustrante e infructífero, lo prefiero. Me hace sentir que avanzo, maduro, me exijo ... las pequeñas cosas me hacen feliz, pero siento que no me conducen a ningún lugar, que son como el caramelo que contenta al niño, conformismo, adherencia a la forma previa, a lo ya existente, carente de creatividad. La verdad es que desde que mi racionalismo se divierte a mi costa, sólo he tenido claro una cosa, qué no deseo, a qué no aspiro, dónde no quiero encontrarme. Y no, no es esto lo que quiero y me siento extraña porque lejos de sentirme fracasada o desilusionada, siento que estoy haciendo lo que tengo que hacer y que estoy donde tengo que estar y que de momento, sólo me queda esperar. La quietud no es sinónimo de que nada ocurra, estoy casi segura de que algo se está gestando.

1 comentario:

Marta Chicote dijo...

Sonia, una vez más me maravillo con tus reflexiones a las que puedo calificar de sabias. Me sigue maravillando lo que piensas, lo que opinas tan acertadamente y cómo lo expresas.
Y además es que, una vez más también, me siento muy identificada con lo que expresas. De nuevo te expreso mi más sincera admiración.
Y mil gracias por tu visita y por las palabras tan preciosas de ánimo.
Muac!