La Bambina Impertinente

La Bambina Impertinente

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Hasta el final

Hay un imagen que me viene constantemente a la cabeza desde este pasado viernes ... estuve en el hospital con mi madre, nada grave, pero en la cama de al lado había una señora. Le habían hecho una biopsia y habían constatado que su tumor cerebral era inoperable y que ya estaba en un estado muy avanzado. Ella no parecía enterarse de nada, los médicos la habían diagnosticado terminal pero ella seguía mirando a su alrededor con curiosidad a veces, con hartazgo, otras. Sus hijos, su hermana y su marido estaban allí, pululando alrededor en bulliciosa alegría.
No es que estuvieran felices por la situación de la madre, era que no querían hacerla infeliz lo que le quedara de vida ... hubo un momento en el que marido y mujer se quedaron a solas, él la cogió de la mano, se sentó junto a ella y empezó a susurrarle al oído. Él la miraba con devoción y entrega, ella sonreía coqueta, sonrojada. No creo haber visto nunca una muestra de amor tan absoluta. En aquel cortejo no había ningún atisbo de compasión, ni pena, ni desasosiego, ni siquiera resignación ... sólo dos personas que habían pasado la vida juntos, que se amaban y que aún conociendo el desenlace, retomaban su historia justo dónde lo dejaron antes de que la ciencia les confirmara lo que todo el mundo sabe, que el Fin siempre llega. Es hermoso tener a alguien que te coja de la mano y que, con serenidad, te acompañe hasta la Salida.
Ni aspavientos, ni caras tristes, ni falsas plegarias en nombre de Dios, ni frases manidas, ni condescendencia, ni fingida alegría, ni miradas huidizas, ni ojos enrojecidos por el llanto, ni rabia contenida ... sólo Amor y gratitud por lo que somos y lo que hemos sido ... Hasta el final.

2 comentarios:

Rafael F. Herrera dijo...

Gracias por compartir esta experiencia vivida, dura pero como tú dices "llena de hermosura"

Marta Chicote dijo...

Jolines, SOnia... se me han saltado las lágrimas con lo que acabas de contarnos...

No sé si decir que qué hermosura de historia o más bien qué tristeza... siento una mezcla de ambos sentimientos. En cualquier caso, gracias por expresarlo de esa manera tan bella que tú sabes.