Dos amigas, que después de diez intesos años de amistad, dejan de hablarse durante cinco años ... varios encuentros molestos y algo forzados debido a una serie de amigos comunes ... miradas tristes y medias sonrisas ... un día una le pide perdón, le dice que ya todo ha pasado, que el dolor se ha calmado y que no tiene sentido tanta tensión. La otra admite las disculpas, reitera que ella no fue quién empezó retirando la palabra, que no hay rencor ... podría ser una reconciliación, pero tan solo es un formalismo, de esos que acaban en ya si nos vemos y eso, nos tomamos una cervecita ... ¿por qué somos tan cínicos? Bastaba con responder con honestidad, decir , no, no te perdono y no esperes que me comporte como si nada.
No me arrepiento, me comporté según lo que sentía entonces, y me comporto según lo que siento ahora, pero eso no quita que quiera pedir perdón por el daño que pude hacer aún sin querer, ni que a la otra parte, no le valga mis disculpas ni leches ... pero en el intricado universo de las relaciones sociales todos quieren ser buenos y a ser podible no ser jamás catalogados como los malos ... como si esto del sentir fuese un ejercicio maniqueo ...qué pena que no seamos más honestos con nosotros mismos, que no seamos capaces de admitir que a veces albergamos sentimiento políticamente incorrectos, y que contra eso no hay alma que se revele por mucho que sepamos guardar las comporturas o por mucho que lo racionalicemos.
En fin, particularmente, creo que fue un buen intento de poner las cosas en su sitio, y aunque no resultó como deseaba, no ha sido una mala revelación ... qué bueno que para el cinismo inventamos eso de leer entre líneas.
No me arrepiento, me comporté según lo que sentía entonces, y me comporto según lo que siento ahora, pero eso no quita que quiera pedir perdón por el daño que pude hacer aún sin querer, ni que a la otra parte, no le valga mis disculpas ni leches ... pero en el intricado universo de las relaciones sociales todos quieren ser buenos y a ser podible no ser jamás catalogados como los malos ... como si esto del sentir fuese un ejercicio maniqueo ...qué pena que no seamos más honestos con nosotros mismos, que no seamos capaces de admitir que a veces albergamos sentimiento políticamente incorrectos, y que contra eso no hay alma que se revele por mucho que sepamos guardar las comporturas o por mucho que lo racionalicemos.
En fin, particularmente, creo que fue un buen intento de poner las cosas en su sitio, y aunque no resultó como deseaba, no ha sido una mala revelación ... qué bueno que para el cinismo inventamos eso de leer entre líneas.