La Bambina Impertinente

La Bambina Impertinente

martes, 27 de mayo de 2008

Ahora

no pude dejar de sentir cierta satisfacción, ya que esa imagen ruda y familiar venía acompañada de un alma calma y complaciente. Aunque mis recuerdos aún me pertenecían, aquello que sentía no sólo me era ajeno por pertenecer a otro, sino que nunca antes lo había experimentado por mí mismo.

Anoche conseguí conciliar el sueño después de una semana de dudas e inseguridades, temores y medias verdades, hoy despertaba en la certeza, con la seguridad que te da el no temer a la verdad… ni a la mentira, dejé de ser el hombre más atormentado del mundo para ser el más insensible del planeta. La figura que me devolvía el espejo era la de mi padre, el hombre que más había odiado de la tierra, con un odio que ni su muerte había conseguido mitigar.

Y sin embargo no siempre ganan lo malos.

Tan sólo ahora, con vehemencia, sé que no era maldad lo que albergaba su cuerpo. Sólo paz y vacío, paz por no sucumbir a los placeres externos, por decidir ser austero y serlo, por no prometer más amor del que puedes dar ni darlo. Vacío de aspiraciones, de verdaderos deseos por ser algo más que lo que se es. Ahora, después de llegar al fin, siento que puedo empezar por el principio, ahora que sé que no existen absolutos, ni el hombre más alto del mundo, ni la mujer más baja del planeta. Ahora que sé que nada es incompatible, ni un vampiro con buen corazón, ni un hombre lobo con alma de ratón. Ahora que sé que no quiero, ni puedo, dejar de ser quien soy en el deseo de ser otro.

domingo, 25 de mayo de 2008

Risotto con espárragos y calabacines


Viendo que últimamente sólo se me ocurren temas “serios” para verter en el blog, he decidido incluir hoy una de mis aficiones… la cocina. Es una recetilla tonta pero muy resultona, además admite todo tipo de variantes, así que no vale eso de pues a mí este ingrediente no me mola.

Risotto con espárragos y calabacines

Ya sabréis que en Italia el arroz se suele preparar más cremoso que el nuestro y ello lo consiguen con un poco de mantequilla y de queso, también incluyen ingrediente como la cebolla que le va a ayudar a soltar almidón y que tenga ese aspecto tan cremosillo. Para esta receta se necesitan un arroz tipo bomba o arbóreo… también lo hay en el mercado específico para risotto. Los demás ingredientes son: una cebolla, un calabacín, un manojo de espárragos, una nuez de mantequilla y un queso viejo tipo parmesano.

Se sofríe la cebolla y mientras, en un cazo aparte, se cuecen los espárragos, salvo las puntas que se saltean junto con la cebolla cuando esta esté dorada. Troceamos los calabacines y los añadimos a la mezcla de espárragos una cebolla. Cuando todo esté perfectamente pochado, añadimos el arroz, lo ideal son unos 70 gramos en seco por comensal… pero lo dejo a vuestro apetito. Mientras esperábamos que las verduras se pocharan en la sartén, con los espárragos cocidos hicimos un puré, la idea es que en lugar de añadir al arroz simplemente agua, ésta esté enriquecida con los espárragos… por una parte estará más sabroso, y por otra se la podréis colar a aquellos que no gusten de tropezarse con verduritas en el plato. Controlar la cantidad de agua, igual que si se tratase de un arroz normal, más o menos tiene que duplicar la cantidad de arroz, en este caso concreto serían unos 300 centilitros, algo más de un vaso grandote. Llegado a este punto se deja cocer el arroz normalmente con la salvedad de que removeremos de cuando en cuando. En la paella el truco está en no mover el arroz para que no suelte almidón, pues aquí es todo lo contrario. Pasados doce minutos se añade la nuez de mantequilla y el queso, se añade sal y se mezcla bien y se deja reposar un par de minutos más pero fuera del fuego. Yo suelo añadir la sal al final, porque el queso y la mantequilla lo sala un poco, así lo controlo mejor, aunque también se puede recurrir a la típica pastillita concentrada.

Bueno eso es todo lo acompaño con unas fotitos por si así os animáis más. Ciao y buen provecho.